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Publicación de artículo en Cuadernos de Documentación Multimedia

Cubierta Cuadernos de Documentación Multimedia vol 31 (2020)

En el mes de junio, se publicó el artículo titulado «Introducción al estudio de lectura crítica y multimedia en la narración de la ruta de Hernán Cortés hacia México-Tenochtitlan (1519)» en la revista Cuadernos de Documentación Multimedia. Esta publicación, firmada por los profesores José López Yepes y Alfonso López Hernández, recoge algunos de los principales resultados del proyecto de investigación.

La cita completa es la la siguiente:

López Yepes, J., & López Hernández, A. (2020). Introducción al estudio de lectura crítica y multimedia en la narración de la ruta de Hernán Cortés hacia México-Tenochtitlan (1519). Cuadernos De Documentación Multimedia, 31, e69160. https://doi.org/10.5209/cdmu.69160

Video montajes sobre Xalapa-Coatepec-Xico

El Profesor Alfonso López Yepes (UCM) comparte con nosotros este magnífico contenido audiovisual sobre una de las zonas por las que transitó Hernán Cortés en 1519.

Servicio Documentación Multimedia UCM (2020). Ruta Hernán Cortés (México): Xico, Coatepec, Xalapa (Estado de Veracruz) 9-11-2019 (Fotos-Vídeos):

Fuente: Servicio Documentación Multimedia. Ruta Hernán Cortés (México): Xico, Coatepec, Xalapa (Estado de Veracruz) 9-11-2019 (Fotos-Vídeos). Madrid, Servicio Documentación MultimediaDpto.Biblioteconomía y Documentación (Unidad de ByD, Facultad Ciencias InformaciónUniversidad Complutense 9-11 noviembre 2019 [Fotos y vídeos realizados por Alfonso López Yepes a propósito del proyecto RIPDASA Red Iberoamericana de Preservación Digital de Archivos Sonoros y Audiovisuales, con ocasión del III Congreso Internacional de Archivos Digitales (y 2) organizado por el IIBI-UNAM, Ciudad de México 4-8 noviembre 2019, publicadas con fecha 10 de enero de 2020 en Vimeo].

Ixhuacán de los Reyes (VER)

Fuente:dveracruz.com

Cortés:

Desde aquí anduve tres jornadas de despoblado y tierra inhabitable a causa de su esterilidad y falta de agua y muy grand frialdad que en ella hay, donde Dios sabe cuánto trabajo la gente padesció de sed y de hambre, en especial de un turbión de piedra y agua que nos tomó en el dicho despoblado de que pensé que pereciera mucha gente de frío, y ansí muríeron ciertos indios de la isla Fernandina que iban mal arropados.

Bernal:  

Y desde aquel pueblo acabamos de subir todas las sierras, y entramos en el despoblado donde hacia muy gran frio y granizo aquella noche, donde tuvimos falta de comida, y venia un viento de la sierra nevada, que estaba á un lado, que nos hacia temblar de frio, porque como habíamos venido de la isla de Cuba, y de la Villa Rica, y toda aquella costa es muy calurosa, y entramos en tierra fría, y no teníamos con que nos abrigar, sino con nuestras armas, sentíamos las heladas, como no éramos acostumbrados al frio: y desde allí pasamos á otro puerto donde hallamos unas caserías, y grandes adoratorios de ídolos, que ya he dicho, que se dicen Cues, y tenian grandes rimeros de lena, para el servicio de los ídolos, que estaban en aquellos adoratorios: y tampoco tuvimos que comer, y hacia recio frio.

Ixtacamaxtitlan (PUE)

Fuente: mexicodesconocido.com.mx

Cortés:

Y dejándolos ansí muy contentos, me partí después de haber estado allí cuatro o cinco días y me pasé al asiento del otro señor que está las dos leguas que dije el valle arriba, que se dice Yztacmastitan. El señorío déste serán tres o cuatro leguas de población sin salir casa de casa por lo llano de un valle, ribera de un río pequeño que va por él. Y en un cerro muy alto está la casa del señor con la mejor fortaleza que hay en la mitad de España y mejor cercada de muro y barbacanes y cavas, y en lo alto deste cerro terná una población de hasta cinco o seis mill vecinos de muy buenas casas y gente algo más rica que no la del valle abajo, y aquí ansimismo fui muy bien rescebido y también me dijo este señor que era vasallo de Muteeçuma. Y estuve en este asiento tres días, ansí por me reparar de los trabajos que en el despoblado

….. Y a la salida del dicho valle fallé una grand cerca de piedra seca tan alta como un estado y medio que atravesaba todo el valle de la una sierra a la otra y tan ancha como veinte pies, y por toda ella un petril de pie y medio de ancho para pelear desde encima y no más de una entrada tan ancha como diez pasos, y en esta entrada doblaba la una cerca sobre la otra a manera de rebelín tan estrecho como cuarenta pasos, de manera que la entrada fuese a vueltas y no a derechas. Y preguntada la cabsa de aquella cerca, me dijeron que la tenían porque eran fronteros de aquella província de Cascalteca, que eran enemigos de Muteeçuma y tenían siempre guerra con ellos.

Bernal: 

Y  desde allí entramos en tierra de un pueblo que se decía Cocotlan, y enviamos dos Indios de Cempoal á decille al Cacique, como ibamos, que tuviesen por bien nuestra llegada á sus casas, y era sujeto este pueblo á México, y siempre caminabamos muy apercebidos, y con gran concierto, porque viamos que ya era otra manera de tierra: y quando vimos blanquear muchas azuteas, y las casas del Cacique, y los Cues, y Adoratorios, que eran muy altos, y encalados, parecian muy bien, como algunos pueblos de nuestra España, y pusimosle nombre Castilblanco, porque dixéron unos soldados Portugueses, que parecia á la villa de Casteloblanco de Portugal, y así se llama ahora.

Cholula (PUE)

Zona arqueológica de Cholula. Fuente: Wikimedia Commons.

Lorenzana:

Desde esta ciudad dirigió Cortés su camino, por Churultecal, o Cholula, y habiendo atravesado la provincia de Guaxocingo, se dejó caer por entre los dos volcanes a Chalco, Cuitlahuac (hoy Tlahuac) e Ixtapalapa, ciudades situadas en la laguna, y desde esta última hizo su primera entrada en México, donde fue recibido de paz, y con toda magnificencia.

Cortés:

Esta ciudad es muy fértil de labranzas  porque tienen mucha tierra  y se riega la mas parte de ella y aun es la ciudad mas hermosas de fuera que hay en España porque es muy torreada y llana y certifico a vuestra alteza que yo conte desde una mezquita cuatrocientas   treinta y tantas torres en la dicha ciudad y todas son de mezquitas”, A cuatro legua de Ccholula  visitó unas aldeas de la ciudad de Guasucingo. Mas adelante, y a ocho leguas, se observan “dos sierras muy altas y maravillosas porqie en fin de agosto tienen tanta nieve….Y de la una que es la mas alta salen muchas veces así de día como de noche tan grande bulto de humo como una casa” y subre encima de la sierra hasta   las nubes.

Bernal:

Sobre el camino que habríamos de llevar para México …acordamos de ir por Cholula, lo uno porque decían todos que eran grande poblazón y muy bien torreada y de altos y grandes cues y en un buen llano asentado que verdaderamente de lejos parecía en aquella sazón a nuestra Valladolid.

Está asentada en un llano y en parte y sitio donde están muchas poblziones cercanas que son Tepeaca, Tlaxcala, Chalco, Tedcamachalco, Guaxo.cingo y otros muchos pueblos que por ser tantos aquí no los nombro. Y es tierra de mucho maíz y otras legumbres y de mucho aji y toda llena de mayegales que es donde hacen el vino. Hacen en ella mujy buena loza de barro, colorado y prieto y blanco, de diversas pinturas y se abastecen de ella  México y todas las provincias comarcanas, digamos ahora como en Castilla lo de Talavera o Plasencia. (149)

Primera Villa Rica de la la Veracruz. Playa de Chalchihuecan. Segunda Villa Rica de la Veracruz. Quiahuiztlan. (VER)

Primera Villa Rica de la Veracruz. Playa de Chalchihuecan.

Playa de Chalchihuecan en la actualidad. Fuente: xalapaveracrux.mx

Díaz:

Desembarcados en unos arenales hicimos chozas encima de los mastos y medaños de arena, que los hay por allí grandes, por causa de los mosquitos, que habia muchos, y con bateles ondeáron muy bien el puerto, y hallaron, con el abrigo de aquella Isleta estarian seguros los navíos del Norte, y habia buen fondo: y hecho esto, fuimos á la Isleta con el General treinta soldados, bien apercebidos en los bateles, y hallamos una casa de adoratorios, donde estaba un ídolo muy grande y feo, el qual se llamaba Tezcatepucá, y estaban allí quatro Indios con mantas prietas y muy largas, con capillas como traen los Dominicos, ó Canónigos, ó querian parecer á ellos: y aquellos eran Sacerdotes de aquel ídolo, y tenían sacrificados de aquel dia dos muchachos, y abiertos por los pechos, y los corazones y sangre ofrecidos á aquel maldito ídolo.

Cortés:

Desembarcamos así caballos como artillería en unos montones y  médanos y arena que allí hay, altos, que no había tierra llana sino todos arenales… e hicimos un altar donde se dijo luego misa, e hicieron chozas y ramadas  para Cortés y los capitanes. B64. Viernes Santo 31 de marzo de 1519 en la playa de Chalchihuacan.

Segunda  Villa Rica de la Veracruz. Quiahuiztlan.

Tumbas totonacas en Quiahuiztlan. Fuente: Wikimedia Commons

Bernal:

En aquellos arenales donde estábamos había siempre muchos mosquitos así de los zancudos como de los chicos que llaman xexenes que son peores que los grandes y no podíamos dormir de ellos y no había bastimentos y el cazabe se apocaba y muy mohoso. B70. Los de Velázquez querían volver a Cuba. Cortés decide que vayan al pueblo que habían visto Montejo y Alaminos  que estaba en fortaleza, que se dice Quiauiztlan y que los navíos estarían al abrigo del peñol por mi nombrado. No obstante, la parcialidad de Velazquez seguía insistiendo, B70-71. Querían regresar a Cuba desde San Juan de Ulúa y dar cuenta a Velazquez del oro recogido. B71

San Juan de Ulúa (VER)

Vista del Castillo de San Juan de Ulua y el Puerto de Veracruz. Fuente: Wikimedia Commons.

Según la narración de la expedición de Grijalva: 

Díaz:

Y llegados cerca de los montes, nos encontramos en el principio o cabo de una isleta que estaba en medio de aquellos montes, distante de ellos unas tres millas; surgimos y saltamos todos en tierra en esta isleta, que llamamos Isla de los Sacrificios: es isla pequeña y tendrá unas seis millas de bojeo; hallamos algunos edificios de cal y arena, muy grandes, y un trozo de edificio asimismo de aquella materia, conforme a la fábrica de un arco antiguo que está en Mérida, y otros edificios con cimientos de la altura de dos hombres, de diez pies de ancho y muy largos; y otro edificio de hechura de torre, redondo, de quince pasos de ancho, y encima un mármol como los de Castilla, sobre el cual estaba un animal a manera de león, hecho asimismo de mármol, y tenía un agujero en la cabeza en que ponían los perfumes; y el dicho león tenía la lengua fuera de la boca, y cerca de él estaba un vaso de piedra con sangre, que tendría ocho días, y aquí estaban dos postes de altura de un hombre, y entre ellos había algunas ropas labradas de seda a la morisca, de las que llaman almaizares; y al otro lado estaba un ídolo con una pluma en la cabeza, con el rostro vuelto a la piedra arriba dicha, y detrás de este ídolo había un montón de piedras grandes; y entre estos postes, cerca del ídolo, estaban muertos dos Indios de poca edad envueltos en una manta pintada; y tras de las ropas estaban otros dos Indios muertos, que parecía haber tres días que lo fueron, y los otros dos de antes llevaban al parecer veinte días de muertos. Cerca de estos Indios muertos y del ídolo había muchas cabezas y huesos de muerto, y había también muchos haces de pino, y algunas piedras anchas sobre las que mataban a los dichos Indios. Y había allí también un árbol de higuera y otro que llaman zuara, que da fruto. Visto todo por el capitán y la gente, quiso ser informado si esto se hacía por sacrificio, y mandó a las naves por un Indio que era de esta provincia, el que viniendo para donde estaba el capitán, cayó de repente desmayado en el camino, pensando que lo traían a quitarle la vida. Llegado a la dicha torre le preguntó el capitán, porqué se hacia tal cosa en esa torre, y el Indio le respondió que se hacía por modo de sacrificio; y según lo que se entendió degollaban a estos en aquella piedra ancha y echaban la sangre en la pila, y les sacaban el corazón por el pecho, y lo quemaban y ofrecían a aquel ídolo; les cortaban los molledos de los brazos y de las piernas y se los comían; y esto hacían con sus enemigos con quienes tenían guerra. Mientras el capitán hablaba, desenterró un cristiano dos jarros de alabastro, dignos de ser presentados al Emperador, llenos de piedras de muchas suertes.

Cortés llegaba a San Juan de Ulúa el jueves santo 30 de marzo de 1519: 

Bernal:

Los indios hicieron mucho acato a Cortés a su usanza y le dijeron que  fuese bienvenido y que   y que un criado del gran Montezuma su señor les enviaba a saber qué hombres éramos y qué buscábamos  que si algo hubiésemos menester… Les dio vino y cuentas azules. Les dijo que veníamos para verlos y  contratar y que no se les haría enojo alguno y que hubiesen por buena nuestra llegada a aquella tierra. Y los mensajeros se volvieron muy  contentos.

Isla de Sacrificios (VER)

Juan Díaz:

Isla de Sacrificios desde Veracruz. Fuente: Wikimedia Commons.

Y llegados cerca de los montes, nos encontramos en el principio o cabo de una isleta que estaba en medio de aquellos montes, distante de ellos unas tres millas; surgimos y saltamos todos en tierra en esta isleta, que llamamos Isla de los Sacrificios: es isla pequeña y tendrá unas seis millas de bojeo; hallamos algunos edificios de cal y arena, muy grandes, y un trozo de edificio asimismo de aquella materia, conforme a la fábrica de un arco antiguo que está en Mérida, y otros edificios con cimientos de la altura de dos hombres, de diez pies de ancho y muy largos; y otro edificio de hechura de torre, redondo, de quince pasos de ancho, y encima un mármol como los de Castilla, sobre el cual estaba un animal a manera de león, hecho asimismo de mármol, y tenía un agujero en la cabeza en que ponían los perfumes; y el dicho león tenía la lengua fuera de la boca, y cerca de él estaba un vaso de piedra con sangre, que tendría ocho días, y aquí estaban dos postes de altura de un hombre, y entre ellos había algunas ropas labradas de seda a la morisca, de las que llaman almaizares; y al otro lado estaba un ídolo con una pluma en la cabeza, con el rostro vuelto a la piedra arriba dicha, y detrás de este ídolo había un montón de piedras grandes; y entre estos postes, cerca del ídolo, estaban muertos dos Indios de poca edad envueltos en una manta pintada; y tras de las ropas estaban otros dos Indios muertos, que parecía haber tres días que lo fueron, y los otros dos de antes llevaban al parecer veinte días de muertos. Cerca de estos Indios muertos y del ídolo había muchas cabezas y huesos de muerto, y había también muchos haces de pino, y algunas piedras anchas sobre las que mataban a los dichos Indios. Y había allí también un árbol de higuera y otro que llaman zuara, que da fruto. Visto todo por el capitán y la gente, quiso ser informado si esto se hacía por sacrificio, y mandó a las naves por un Indio que era de esta provincia, el que viniendo para donde estaba el capitán, cayó de repente desmayado en el camino, pensando que lo traían a quitarle la vida. Llegado a la dicha torre le preguntó el capitán, porqué se hacia tal cosa en esa torre, y el Indio le respondió que se hacía por modo de sacrificio; y según lo que se entendió degollaban a estos en aquella piedra ancha y echaban la sangre en la pila, y les sacaban el corazón por el pecho, y lo quemaban y ofrecían a aquel ídolo; les cortaban los molledos de los brazos y de las piernas y se los comían; y esto hacían con sus enemigos con quienes tenían guerra. Mientras el capitán hablaba, desenterró un cristiano dos jarros de alabastro, dignos de ser presentados al Emperador, llenos de piedras de muchas suertes. Aquí hallamos

E corriendo la costa adelante, vimos una Isleta, que bañaba la mar, y tenia la arena blanca, y estaria (al parecer) obra de tres leguas de tierra, y pusímosle por nombre Isla Blanca; y asi está en las cartas del marear. Y no muy léjos desta Isleta Blanca vímos otra Isla mayor al parecer que las demas, y estaria de tierra obra de legua y media, y allí enfrente della habia buen surgidero; y mandó el General, que surgiesemos. Echados los bateles en el agua, fué el Capitan Juan de Grijalva con muchos de nosotros los soldados á ver la Isleta, y hallamos dos casas hechas de cal y canto y bien labradas, y cada casa con unas gradas, por donde subian á unos como altares, y en aquellos altares tenian unos ídolos de malas figuras, eran sus dioses, y allí estaban sacrificados de aquella noche cinco Indios, y estaban abiertos por los pechos, y cortados los brazos y los muslos, y las paredes llenas de sangre. De todo lo qual nos admiramos, y pusimos por nombre á esta Isleta, Isla de Sacrificios. Y allí enfrente de aquella Isla saltamos todos en tierra, y en unos arenales grandes que allí hay, adonde hicimos ranchos y chozas, con ramas, y con las velas de los navíos. Habíanse allegado en aquella costa muchos Indios, que traian á rescatar oro hecho piecezuelas, como en el rio de Vanderas; y segun despues supimos, mandó el Gran Montezuma que viniesen con ello, y los Indios que lo traían, al parecer estaban temerosos, y era muy poco. Por manera que luego el Capitan Juan de Grijalva mandó, que los navíos alzasen las anclas, y pusiesen velas, y fuesemos adelante á surgir enfrente de otra Isleta que estaba obra de media legua de tierra, y esta Isla es donde agora está el puerto. Y diré adelante lo que allí nos avino.

Bernal:

Y luego vimos el rio de Banderas que fue donde rescatamos los dieciséis mil pesos y luego le mostramos la isla Blanca y también le dijimos donde quedaba la isla Verde y luego a tierra vio la isla de Sacrificios donde  hallamos los altares cuando lo de Grijalva y los indios sacrificados; y luego en buena hora llegamos a San Juan de Ulúa, jueves de la cena, después de mediodía” B60-61. Y Puerto Carrero le dijo a Cortés: “Yo digo que mire las tierras ricas  y sabeos bien gobernar”, B61