2.4. Marco teórico
El marco teórico de nuestro proyecto de investigación se debe circunscribir, en nuestra opinión, a la explicación del concepto de lectura crítica y su garantía como procedimiento eficaz para la enseñanza y la investigación universitarias.
2.4.1. Hacia una teoría de la lectura crítica
Las ideas que siguen a continuación se enmarcan en un iter que comprende la reflexión sobre conceptos como lectura, alfabetización, habilidades informativas, alfabetización informacional, para desembocar como corolario final en las nociones de literacidad informativa y literacidad crítica siendo el núcleo de ésta ultima la actividad conocida como lectura crítica desarrollada en diversos modelos de actuación y con propósitos tendentes a la mejora de la enseñanza, a la viabilidad de la investigación, al fomento de la lectura y, en suma, a desarrollar el espíritu crítico de los estudiantes universitarios y lograr el oficio del pensamiento. (López Yepes….)
En efecto,la lectura crítica académica supone el desarrollo de la capacidad de los alumnos para saber leer críticamente y lograr comprender la información, generar nuevos conocimientos y a aprender a comunicarlos. Se trata, pues, de una formación continua encaminada a facilitar el manejo de la información susceptible de transformarse en conocimiento. Es cierto que la práctica de la lectura se contempla como una especie de costumbre inherente a los comienzos de nuestro paso por el mundo. Al niño le preguntamos si ya ha aprendido a leer ya que aprender a leer porque ello nos permite descifrar o descodificar e interpretar pensamientos y mensajes vehiculados en documentos. Y los documentos son imprescindibles porque contienen sensaciones, ideas y pensamientos que los seres humanos sitúan fuera de ellos mismo permitiendo así su consulta y transmisión a lo largo del espacio y del tiempo. Pero ese proceso que llamamos lectura requiere sosiego, tranquilidad y reflexión así como la posibilidad de volver sobre lo leído y de pensar sobre lo pensado. Algunos autores afirman que los nuevos modos de educación universitaria, muy basados en las tecnologías, pueden dificultar en el alumno el espacio para la creatividad, el pensamiento y el gozo intelectual, lo que la lectura evita al facilitar información con posibilidad de convertirse en ideas. Como se ve, algo contrapuesto a la mera lectura de la imagen y a la observación de las pantallas, proceso marcado por una permanente obsesión por la información novedosa y veloz.
El método para hacer posible y real el proceso para conocer contenidos y para obtener nuevo conocimiento en el proceso del trabajo investigador es el procedimiento de la lectura crítica. Constituye, a nuestro juicio y como se ha indicado más arriba, un recurso didáctico para despertar en el estudiante el espíritu crítico, obtener ideas propias, acuñar criterios y convertirse en auténtico intelectual (López Yepes : 2015a : 9-11).
Desde este enfoque, son objetivos de la lectura crítica:
A) Discernimiento en profundidad y rigor del contenido del documento y su veracidad.
B) Aprendizaje en la capacidad de reflexión, suscitadores del espíritu crítico y el oficio del pensamiento
C) Aprovechamiento de las ideas presentes en los documentos examinados para aprender sus contenidos y para obtener nuevas ideas.
Finalmente, la lectura crítica puede aplicarse en dos modelos: la evaluación de documentos individuales, por ejemplo, artículos de revista, o bien la evaluación y la comparación de documentos de contenidos similares como base de conocimiento en la enseñanza y de reflexión para resolver problemas científicos en la investigación. En suma, a hacer realidad los postulados de una definición habitual de lectura crítica como la ofrecida por Encabo: “La lectura crítica es aquella en la que el lector es capaz de interactuar con el texto, de poner en relación con el mismo sus conocimientos previos y los actuales; y además, es capaz de reflexionar y debatir sobre el contenido que ha recibido, valorándolo y juzgándolo con la finalidad de incorporarlo o no a su acervo de conocimiento” (2013 : 371).
. En ambos casos, el estudiante debe obtener las siguientes capacidades: A) Buscar y organizar la información.- B) Evaluar la información de manera crítica.- C) Saber interpretarla y D) Utilizarla de manera creativa para obtener nuevas ideas. Ello comporta la posibilidad de formar a lectores de documentos en que se combinan sonido, imagen y texto escrito además de prestarles instrumentos para discernir la cantidad de la calidad. En suma, nuevos modos de leer. Y como corolario, la literacidad académica o crítica –que engloba lectura y escritura- “significa – escribe Vargas- la capacidad de seleccionar y filtrar grandes cantidades de información, la capacidad de analizar su veracidad y rigor, la habilidad de contrastar las fuentes y los enfoques que se dan a los datos, la facultad de interpretar los contextos, los nuevos roles de lector y escritor, y la de evitar ser manipulados por los discursos que circulan en los medios, en Internet y las redes sociales, y de producir textos propios con los recursos que ofrece la red” (Idem : 142). Como se observa, la definición citada supone un reto de enormes proporciones tanto para los docentes como para los estudiantes en el desarrollo del pensamiento.
A mayor abundamiento, el citado autor nos guía en el camino seguido por la lectura desde sus orígenes hasta el nuevo estado objeto de nuestras reflexiones. En efecto, el primer paso fue el traslado de lo escrito a lo oral. El segundo paso comprende aspectos cognitivos y el tercer enfoque sienta las bases del proceso de la lectura crítica desde una perspectiva sociocultural. “En otras palabras –afirma Vargas- no basta con comprender, sino que se requiere ir mucho más allá de lo que encierran las palabras en el texto escrito, escudriñar aspectos como el contexto en el cual el autor produjo el documento, las circunstancias sociales e históricas que rodearon este acto de producción, las condiciones que rodean la recepción del texto, la identidad del autor, la identidad del lector. Por ejemplo, desde qué dimensión geopolítica se construye un texto narrativo o un texto científico” (Idem : 145).
Por otra parte, en los talleres de lectura crítica desarrollados por nuestro Grupo de Investigación (López Yepes, 2013 : 301 y ss y 2015a : 13 y ss), mediante comparación de documentos en diversos soportes, hemos observado la fecundidad del procedimiento en cuanto a la gran cantidad de ideas subsidiarias que se generan en la lectura y, por consiguiente, en la incesante consulta de nuevos documentos en un iter que no conoce fronteras y que, a modo de racimos de temas o personajes, parece no extinguirse nunca.
2.4.2. Modelos de lectura crítica
Como se ha indicado más arriba, la lectura crítica puede aplicarse a documentos individuales o bien a documentos cuyos contenidos se trata de comparar y obtener conclusiones.. En ambos casos, parece aceptable pensar que leer críticamente “es la capacidad del lector para hacer consciente una postura propia sobre lo expresado en el texto, descubriendo los supuestos implícitos, la idea directriz, los puntos fuertes y débiles de los argumentos y proponer otros planteamientos que superen los del autor, para así reafirmar o modificar su propia postura” (Díaz Portillo, s/d. : 8). Existe bibliografía sobre el método de análisis que debe seguirse para evaluar artículos científicos , por ejemplo, Idem y Principios de la lectura crítica de artículos científicos (s.d.).
El segundo modelo de lectura crítica –el que nos concierne en el presente proyecto- se ejerce mediante la lectura de documentos vinculados al mismo tema, al mismo personaje, al mismo itinerario (por ejemplo, en los libros de viaje), documentos en todo tipo de soportes (López Yepes, 2015a: 15-16). En este caso, puede seguirse la siguiente metodología de aprendizaje:
- 1) Búsqueda y selección de documento en diversos soportes sobre el tema
- 2) Estudio del contexto histórico, geográfico, cultural etc.
- 3) Selección de cuestiones a estudiar
- 4) Lectura lenta y atenta de los documentos seleccionados.
- 4) Comparación del contenido de los documentos.
- 5) Entrevistas a expertos
- 6) Conclusiones
Como venimos diciendo, los ejercicios de lectura crítica desarrollados en talleres específicos tienen aplicación en dos aspectos: A) como instrumento para el conocimiento profundo de las disciplinas y B) como base de reflexión para la obtención de nuevo conocimiento científico.
A) La utilidad de la lectura crítica como instrumento para el conocimiento de los contenidos de una disciplina para la docencia se desprende, por ejemplo, de los principios expuestos por Finkel en su libro con el expresivo título de Dar clase con la boca cerrada ( 2008) y de su afirmación: «Enseñar es …fomentar el aprendizaje de otra persona, estimular y facilitar que los estudiantes se comprometan en ese proceso constructivo, cuestionar los paradigmas en vigor y forjar otros nuevos (…), encontrar métodos para que los estudiantes se comprometan en el aprendizaje profundo». En este sentido, el aprendizaje de la lectura crítica permite lograr en el estudiante el interés al aprender a buscar y seleccionar fuentes de información y ubicarse en la aventura personal de contrastar las diferencias entre las fuentes y lograr poseer criterios personales. Con ello despertamos en el estudiante el espíritu crítico e investigador y sistematizar los resultados en la forma que se observa en el apartado siguiente.
B) La utilidad de la lectura crítica como base de reflexión para la obtención de nuevo conocimiento científico se manifiesta en el hecho de procurar el aprovechamiento de las ideas extraídas de los documentos leídos para forjar las nuevas que, como solución a los problemas planteados, busca el investigador. En efecto, las nuevas ideas científicas procuradas por el investigador como soluciones a los problemas planteados en su investigación pasan por el siguiente proceso:
- El investigador no solo interpreta los mensajes de los documentos, sino que los integra en su propio texto, generando nuevos documentos y, por consiguiente, nuevos caminos de lectura criítica y nuevas interpretaciones.
- En el acto de lectura e interpretación, el investigador obtiene los siguientes tipos de ideas:
– Las ideas claramente manifestadas en el texto que, tras discernir su veracidad o falsedad, le sirvan al investigador como apoyo para sustentar sus propias observaciones.
– Las ideas que, tan solo sugeridas por el autor, pueden ser aprovechadas por el investigador.
– Las ideas que, de algún modo expuestas por el autor de la fuente, no cobraron valor en su momento por no existir el estado científico adecuado para ser pro- clamadas verdades científicas.
– Las ideas propias que obtiene el investigador al comparar, relacionar y reflexio- nar sobre la materia ofrecida por las fuentes.
Todo ello puede reflejarse en una especie de ficha de lectura crítica o de investigación que incluiría los apartados siguientes:
- Referencia del documento leído con mención expresa de las páginas correspon- dientes, sin olvidar el contexto global en que se inserta el fragmento consultado.
- Extracto de las ideas obtenidas del texto, bien en forma resumida o en forma literal, especificando en todo momento y con total precisión el lugar en que se encuentran dichas ideas (número de página, número de nota, cita de segunda mano, etc.), ya que habrán de formar parte en su momento del aparato crítico de la investigación (notas a pie de página de cada capítulo).
- Mención de las ideas, observaciones, sugerencias, etc., del investigador obtenidas de la reflexión de las ideas anteriores y su propio pensamiento, y el resultado de su comparación o relación con las de otros autores. Estas ideas, que van destilándose progresivamente, son potenciales soluciones a los problemas